EL TRAJE NUEVO DEL MARQUÉS

Para que no pueda parecer ventajista en caso de la muy probable derrota del combinado español, hablaré ahora del emperador de los entrenadores incompetentes: "Camara Lenta" Del Bosque. Nunca nadie con tanto potencial y tantas alternativas a su alcance, ha tirado más cantos a su tejado. Como en el cuento de Andersen, todo el mundo está empeñado en defender la sugestión colectiva que niega la verdad obvia: que Del Bosque es un un entrenador penoso de nulo criterio. Sólo al que asó la manteca, se le ocurre desperdiciar de forma contumaz los cambios para ajustar los desarreglos de un tío fundido y reventado como Arbeloa (cuando defiende no ataca, ó viceversa). La banda derecha flaquea de forma vergonzosa, pudiendo igualar las prestaciones de Jordi Alba en la banda contraria sólo con introducir a un tipo de prodigioso recorrido durante los 90 minutos (Juanfran). Hay tipos como Xavi, Piqué ó Arbeloa que piden vacaciones a voces. La acumulación de jugadores de similares condiciones en la misma zona produce un estrangulamiento del juego que se traduce en una sucesión de pases cortos de estéril horizontalidad. No se puede introducir un cambio (Navas) para causar profundidad en las bandas para que sus incursiones y centros no sean recogidos por alguién acostumbrado a huir de su marca y revolverse en el área (los verdaderos nueves). Deseo que gane España aunque sea al estilo realmadrí (frente a Croacia penalti de Busquets escamoteado y fuera de juego de Navas), pero no me quieran hacer hacer [UNA VEZ MÁS] comulgar con una rueda de molino que parece la estación orbital de la peli 2001 de que el marqués es un estratega genial. Casa más el hecho de ver a Monserrat Caballé cantando con Slipknot que a Cesc perforar las áreas contrarias como un Torpedo Muller cualquiera. El italiano Prandelli saca más partido a su recua de disciplinados troncos exprimiendo un fútbol concreto y más equilibrado. ¿Quién tendrá la candidez y atrevimiento del niño del cuento para reconocer que el marqués está en pelotas? (en el cuento unos timadores persuaden al rey de que su prodigioso tejido sólo desaparece a la vista de los estúpidos. Como el rey no logra verlo finge que lo hace para no pasar por imbécil y todos los mentecatos borregos le llevan la corriente, hasta que un niño proclama la evidente verdad: el rey está desnudo.) Si lo creeis demasiado exagerado, probad a discrepar en algún lugar concurrido... y la multitud os lapidará de improperios como Savonarolas garbanceros. Todavía España puede vencer a la vez que convence si Vicente telefonea a Luis para que le enseñe como se hace de verdad.