Da lo mismo si es el abuelo de Heidi, Zaratustra, el "probe Miguel" ó cualquier otro solitario habitante de escarpadas cumbres (siempre tan ajenas a los adelantos posteriores a Gutenberg). Por las iracundas reacciones provocadas al pronunciar el nombre Russian Red, el montañés podría suponerle un asesino sistématico, una nueva variante del ébola, un cruento método de tortura ó algún sanguinario tipo de escualo. ¡Noo...mucho peor! Nadie se lo escuchó nunca a De Quincey, pero seguro que éste afirmó: "Si un hombre se deja tentar por el asesinato, poco después pensará que el robo no tiene importancia, del robo pasará al alcohol y a no respetar los festivos y de aquí pasará a la mala educación y el abandono de sus obligaciones... y al final caerá en lo más bajo que puede hacer un ser humano: hacerse de derechas" Lógicamente por mucha ironía que destile el autor británico, más de un anormal jurará y perjurará que es una cita original porque internamente lo suscribe en su literalidad. El montañés tardará en captar el asfixiante sustrato de una sociedad enferma de rencor y envidia. Todos los que hemos trabajado en alguna época en la administración pública sabemos que hay que permanecer dentro del armario político si tu ideología no corresponde a la uniformidad zurda imperante. Menuda democracia madura en la que hay que ocultar tus ideas para que no te adjudiquen un sambenito ó lo que es peor... te coloquen en una lista negra (¿verdad que sí... camaradas sindicalistas?). Y ya se sabe... que el partido de los "100 años de honradez (?)" tiene mil ojos y oidos y terminales en todos los ámbitos de la vida. Con todo lo que sabemos hoy podemos superar la frase de Churchill: "Si a los 20 años no eres de izquierda, no tienes corazón. Pero sí a los 40 sigues siéndolo, no tienes cerebro". Siendo comprensivo con las debilidades humanas, a la gente de cierta edad se le puede disculpar. No vas a echar la mirada atrás para darte cuenta que todo ese entramado de mitos y eslóganes izquierdosos que ha sustentado tu existencia, son tan falsos como un duro de madera. Es más cómodo vivir engañado y no pedir cuentas a los que más diferencias acusan entre predicar y dar trigo: los partidos de izquierdas. Pobrecito Aleix Saló, no vas a poder obtener tu ansiada cátedra de Educación Para la Ciudadanía. A los auténticos causantes del desastre de Españistán les queda de saquearla, cómo mucho hasta marzo. La realidad demuestra con tozudez que en la frase del mediocre ex-líder de Manta Ray dónde dice derechas debería poner IZQUIERDAS (aplicado a los jóvenes de hoy, que se supone que han conocido la verdad tras el telón de acero, el castrismo ó los jemeres rojos). Más penoso aún es sí cabe el papelón de los modernos cantautores: los raperos. No hay ni uno que sea un auténtico poeta callejero ni un librepensador. No son nada críticos, más bien serviles con la estela psoe ó los falsos nacionalismos periféricos. Eso y su mimetismo ramplón producen que no pueda tomarme el hip hop español en serio cuando oigo gilipolleces y otras deposiciones de sujetos como mesuy, totequín ó los kortatus valencianos del maíz. La política no debe ser preponderante frente a la experiencia estética. Por eso se valora a David Wark Griffith, Einsestein, Leni Riefenstahl, Prokofiev ó H.P Lovecraft a pesar de sus repugnantes ideologías, ya que sus logros artísticos se encuentran muy por encima. También es penoso como se banaliza la apología del terrorismo asesino que recubre todo el rock radical vasco, músicos como Aki Nawaz, That Petrol Emotion ó M.I.A. En cualquier caso la polémica generada por la intransigencia de la checa pop ha favorecido a Lourdes Hernández alias "Russian Red". Porqué tanto la música de Nacho Vegas (que acertadamente se engloba en "El género bobo") como la de la madrileña son un coñazo inaguantable. Nadie hubiera reparado en estos artistazos si no es por la polvareda mediática que suscita el cordón sanitario cultural de quienes no conocen ni de lejos lo que es la libertad ni la autocrítica (curioso que, etimológicamente el significado originario de "siniestra" es izquierda). Ahora... unos pocos ejemplos de mala fe ó de puerilidad ideológica en algunos momentos fantásticos de la música pop.
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