Cuando nos referimos a los años del destape recordamos la gloriosa anatomía de bellas venus como Africa Pratt ó Blanca Estrada, a finales de los años 70. Pero aludiremos a este período estableciendo una curiosa semejanza de conceptos con la música pop. Los años del destape suponen la proliferación de un cine español casposo a ultranza, unas veces pseudorealista, otras veces inundado de un batiburrillo político-cultureta y sobre todo de abundantes excusas para mostrar carne femenina sin venir a cuento. Muchas de las actrices consolidadas hoy en día abanderaron esa etapa (pero no sólo por la arbitraria imposición de los productores) sino como consecuencia de los nuevos aires de la transición. Era una prueba más de pedigrí progre, "ya que lo exigía el guión". Hoy reniegan y se cuidan mucho de esconder su época libertaria de afirmación como mujeres "modernas", despojándose de la ropa a la mínima ocasión con coartada contracultural. Fueran ó no banales excusas para quedarse en cueros sin ton ni son, es borrado ó silenciado de sus trayectorias profesionales de forma sistemática. Aquí es donde empieza la analogía con el negocio músical, y como muchos artistas extirpan períodos de desacomplejada experimentación sonora por afan de "respetabilidad" ó vergonzante mercadotecnia. Jose Luis, de "Especies Protegidas", me comentó lo dificil que era rastrear (incluso en las tiendas de segunda mano) grabaciones de artistas de reggae entre los años 89 y 91. Era el momento de Jazzie B y todos los artistas consagrados: Steel Pulse, Freddie McGregor, Junior Reid, Mykal Rose, Dennis Brown... se lanzaron como posesos a vestir su música de una pátina de brillo made in USA con saturación de elementos house, hip hop y "soul II soul beats". Las producciones las realizaban gentes como Coldcut ó Beatmasters y eran una maravillosa mixtura de ingredientes del madchester pop y leves pizcas jamaicanas. Regrabaron incluso algunos de sus clásicos en el nuevo sonido: "Push come to shove" de Freddie McGregor llega a superar el original. Surgen nuevas formaciones con este nuevo sonido al que no sobrevivirían, como Reggae Phillarmonic Orchestra (RPO) ó China Black. Imposible encontrar discos de éxito en ese tiempo como "Too Wicked" de Aswad, "One Blood" de Junior Reid ó "Proud" de Michael Rose. Muchos de estos artistas van hoy disfrazados de concienciados intérpretes "roots" y ésto les restaría hieratismo y credibilidad revolucionaria, por lo que los discos están descatalogados y arrebatados a la inquisidora vista de sus ortodoxos seguidores. No sólo se da en el reggae. En el negocio musical "los años del destape" que necesitan ser extirpados corresponden casi en su mayoría al período disco. Bryan Adams debutó con estilo disco, con su voz grabada a mayor velocidad y no duerme por las noches pensando que alguien compre una nueva copia. Artistas tan dispares como Frank Sinatra, Percy Faith, Frankie Avalon, Desmond Child, Dolly Parton, Kenny Rogers, Kiss, The Doves, Jorge y Carlos Santana, Webster Lewis, Herbie Hancock, Sergio y Estíbaliz, Ray Barretto, Third World, Fania Allstars, Louie Ramirez, James Brown, Beach Boys, The Kinks, Queen, Rolling Stones, Righteous Brothers y tantos otros... han caido presos del influjo disco. Muchos de ellos se han empleado concienzudamente en borrar las huellas. Son pues, tanto el crossover como el destape cinematográfico unos períodos a los que hay que negar, mirando hacia arriba y silbando distraídamente...para hacer creer que nunca han existido.****** ¿Por qué hemos aludido al famoso Hangar 18 de la famosa Area 51? Se supone que en unas instalaciones sumamente secretas del desierto de Nevada, el ejército de los Estados Unidos almacena desde hace tiempo archivos ultrasecretos ,hallazgos improbables y restos imposibles de clasificar. Se especula que en el Hangar 18 de esta Area 51 se encuentran los secretos más extravagantes, entre ellos los alienígenas de Roswell. A primera vista parece que esta especie de residencia de recreo de Mulder y Scully no puede establecer paralelismo alguno con el mundo de la música. Pero...nuestro Hangar 18 sería la cantidad de grabaciones escondidas y nunca editadas de artistas en polvorientos almacenes de las discográficas, con el agravante de que no están allí por su menor calidad. Estos días salen a la venta grabaciones inéditas de Nat King Cole, y se especula que hay bastantes más sesiones durmiendo el sueño de los justos en Capitol Records. Los Four Seasons proclaman tener casi medio centenar de grabaciones de gran calidad sin editar por la Motown. Asusta la cantidad de incunables que retiene Motown en sus almacenes, hurtando al público trabajos de gente como Brenda Holloway,The Spinners, The Messengers, Florence Ballard, Mary Wells ó Edwin Starr. Los que han trascendido como el album nunca publicado de David Ruffin (en la foto) atesoran una calidad excepcional que hacen aún más inexplicable esta irresponsable omisión. No hablamos de rescatar demos y maquetas sin pulir, con lo que no estoy nada de acuerdo. Son trabajos preparados para su lanzamiento comercial que nunca llegaron a sus destinatarios finales en las tiendas. Muchos años despues llegaban con cuentagotas al gran público en tiradas limitadas en CD como el fantástico lp en solitario de Karen Carpenter (boicoteado por su hermano hasta 1996, cuando debía haber salido en 1980). Un nuevo lp entero de Amy Winehouse ha sido rechazado por Island Records (manda carallo...la discográfica reggae por antonomasia) por ser...demasiado reggae. Esos dudosos criterios artísticos de los ejecutivos llevaron a arrinconar trabajos de Madness, Hot House (con Heather Small), The Style Council ó Neil Young y Lou Reed (en venganza editaron "Trans" y "Metal machine music" respectivamente). En definitiva, estas dos corrientes nos roban el derecho a disfrutar y discernir como nos gusta experimentar la música.
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